La gestión en la nube de la infraestructura de IT es la forma más eficaz de manejar los recursos informáticos de forma flexible y descentralizada. Esta modalidad proporciona la escalabilidad y la rentabilidad necesarias en la actualidad para satisfacer las demandas dinámicas de las organizaciones de todos los tamaños.
Por eso, muchas empresas optan por este modelo. Además, las ayuda a optimizar el rendimiento y a garantizar la confiabilidad.
En este artículo, profundizaremos en los fundamentos de esta práctica, explorando conceptos clave, modelos de entrega y principales componentes. También veremos la forma en que una herramienta de Gestión de Activos de IT, como InvGate Asset Management, puede colaborar con este modelo.
Sin más preámbulos, ¡entremos en tema!
¿Qué es la gestión en la nube?
Se trata de los procesos y prácticas relacionados con la supervisión y el control de los diversos componentes que conforman un entorno de la nube. Cualquier estrategia completa de Gestión de Activos de IT debería incluirla, de modo de asegurar que todo se encuentra bajo su ámbito de aplicación.
En concreto, las tareas involucran la gestión de los servidores, el software y los dispositivos de red que conforman la infraestructura que respalda tus servicios y aplicaciones basados en la nube. También contempla la elaboración de reportes y el monitoreo de la inversión financiera asociada a este tipo de infraestructura.
Infraestructura en la nube vs. arquitectura en la nube
Si bien ambas prácticas funcionan gestionando entornos de la nube, no implican lo mismo:
- La gestión de la infraestructura en la nube se centra en los aspectos operativos del mantenimiento y control de los componentes subyacentes de un entorno de la nube.
- La arquitectura en la nube se refiere al diseño y la estructura del propio sistema de la nube. Esto implica determinar la disposición de los servidores, las redes, el almacenamiento y otros recursos para garantizar óptimos rendimiento, escalabilidad y confiabilidad.
En otras palabras, mientras que la gestión de la infraestructura en la nube se ocupa de las operaciones cotidianas, la arquitectura en la nube aborda el plan general y las consideraciones de diseño.
Computación en la nube vs. infraestructura en la nube
Las diferencias entre computación en la nube e infraestructura en la nube también ayudan a arrojar luz sobre el tema.
La primera es un concepto más amplio que abarca la entrega de recursos y servicios informáticos a través de Internet. Implica acceder y utilizar varias aplicaciones de software, almacenamiento de datos y potencia de procesamiento desde servidores remotos, en lugar de depender únicamente de la infraestructura local.
La segunda se refiere específicamente a los componentes de hardware y software subyacentes que habilitan la computación en la nube.
5 ventajas de la gestión en la nube
Una gestión en la nube ofrece varias ventajas que pueden ayudar a que las operaciones de tu empresa sean más estables, seguras y fáciles de gestionar.
Estos son los beneficios de la infraestructura basada en la nube:
- Menos responsabilidades: una parte significativa del tedioso trabajo que implica garantizar la solidez y la estabilidad del sistema está a cargo del proveedor de la nube (que, en la mayoría de los casos, es externo). Tareas como el monitoreo de los requisitos de energía, HVAC o heating, ventilation, air conditioning (calefacción, ventilación y aire acondicionado) y extinción de incendios, por ejemplo, son gestionadas por el proveedor, liberando tiempo y recursos a la empresa para poder centrarse en las actividades principales del negocio.
- Accesibilidad desde cualquier lugar: esto es clave en la dinámica laboral actual. La gestión en la nube permite ingresar a las aplicaciones y obtener los datos y recursos desde todos los sitios que cuenten con conexión a Internet. Dicha modalidad facilita el trabajo a distancia, mejora la colaboración entre los equipos ubicados en distintas filiales y posibilita el proceso de escalar y expandirse sin límites geográficos.
- Reducción del riesgo de problemas: la gestión de una infraestructura on-premise conlleva la probabilidad de errores humanos o descuidos que pueden provocar inconvenientes en el sistema. En una gestión en la nube, la responsabilidad del mantenimiento de rutina y las actualizaciones recaen en el proveedor, garantizando un entorno más estable y seguro.
- Backup automatizado: se suele incluir en la gestión en la nube, lo cual es cómodo y garantiza que los datos estén protegidos y sean fácilmente recuperables en caso de pérdida o fallo del sistema. Además, no requiere almacenamiento.
- Alta disponibilidad: los sistemas eficaces deben contar con redundancias. Los proveedores incluyen estas capacidades, así como mecanismos de equilibrio de carga y capacidades de conmutación por error para asegurar un tiempo de inactividad mínimo y un acceso ininterrumpido para los usuarios.
Infraestructura on-premise vs. infraestructura en la nube
Probablemente ya escuchaste hablar de la dicotomía nube vs. on-premise. Veamos qué significa esto para la infraestructura de IT.
La infraestructura on-premise se refiere a tener los servidores, el almacenamiento y el equipo de red ubicados físicamente en tus instalaciones o centros de datos, bajo tu control directo. En cambio, el modelo de la nube implica que tus recursos se alojan en una infraestructura proporcionada por un proveedor externo -de servicios en la nube-, que se encarga del hardware, las actualizaciones de software, la seguridad y otros aspectos operativos.
Entonces, la principal diferencia radica en la propiedad y la gestión (y, básicamente, en la responsabilidad). Con el modelo on-premise, tú eres responsable de los gastos de capital, el mantenimiento y la gestión de toda la infraestructura.
Sin embargo, los enfoques no son mutuamente excluyentes y, de hecho, pueden combinarse en función de tus necesidades. Algunas organizaciones, sobre todo si trabajan con datos muy sensibles o simplemente quieren mantener un dominio más estricto sobre su infraestructura, optan por las opciones on-premise.
La buena noticia aquí es que InvGate Asset Management es compatible con ambos, todo dependerá de tus preferencias y requerimientos. Pero no te preocupes, volveremos más adelante a referirnos a esta herramienta y también analizaremos cómo optimizar las prácticas generales de infraestructura en la nube.
3 tipos de gestión en la nube
La gestión en la nube se puede clasificar en diferentes tipos en función del nivel de control, propiedad y accesibilidad. Es esencial que las empresas evalúen sus requerimientos, preocupaciones de seguridad, sensibilidad de los datos y necesidades de cumplimiento a la hora de decidir cuál adoptar.
Exploremos los tres tipos principales de infraestructura en la nube.
1. Infraestructura en la nube privada
Una infraestructura en la nube privada está dedicada exclusivamente a una sola organización. Puede situarse físicamente en sus instalaciones, dentro de sus servidores o ser alojada por un proveedor externo.
Las organizaciones tienen la propiedad completa. Además, cuentan con opciones de personalización para satisfacer requisitos empresariales específicos.
Por lo tanto, la gestión en la nube privada resulta apropiada para industrias que manejan datos sensibles o poseen estrictas regulaciones de cumplimiento, ya que proporciona un mayor control, seguridad y soberanía de la información.
2. Infraestructura en la nube pública
Una infraestructura de nube pública es ofrecida exclusivamente por servicios de terceros, accesibles a través de Internet.
Los proveedores poseen y gestionan la infraestructura, poniéndola a disposición de múltiples organizaciones y usuarios. Por su gran escalabilidad, eficiencia en los costos y amplia gama de servicios, resulta ideal para startups, pequeñas y medianas empresas, y organizaciones que desean aprovechar este modelo compartido, sin necesidad de realizar grandes inversiones iniciales.
3. Infraestructura en la nube híbrida
Como su nombre lo indica, una infraestructura en la nube híbrida combina elementos de la gestión en la nube pública y privada, permitiendo a las organizaciones aprovechar las ventajas de ambos mundos.
Con este tipo de enfoque, las empresas alojan datos confidenciales y aplicaciones críticas en su infraestructura privada, al tiempo que utilizan la escalabilidad y rentabilidad de los recursos de la nube pública para cargas de trabajo menos sensibles. Esta flexibilidad ayuda a optimizar la infraestructura en función de los requisitos de cumplimiento y seguridad.
Los 4 componentes principales de la infraestructura en la nube
La infraestructura en la nube suele estar formada por varios componentes clave que trabajan juntos para proporcionar un entorno confiable y escalable para los servicios y las aplicaciones:
- Hardware: constituye la base de la infraestructura en la nube e incluye servidores físicos, dispositivos de almacenamiento y equipos de red. Estos elementos son responsables del procesamiento, almacenamiento y transmisión de los datos. Los proveedores seleccionan y configuran cuidadosamente los recursos de hardware para garantizar un alto rendimiento, confiabilidad y escalabilidad.
- Virtualización: implica la creación de recursos virtuales, como máquinas o virtual machines (VM), redes y almacenamiento virtual, sobre el hardware físico. Esto permite la utilización eficiente de este último al permitir la ejecución de múltiples instancias virtuales en un único servidor físico. Dicho elemento proporciona flexibilidad, aislamiento y abstracción, facilitando la gestión y el escalado de la infraestructura en la nube.
- Almacenamiento: desempeña un papel fundamental, ya que se encarga de guardar y recuperar los datos dentro del entorno de la nube. Las soluciones de este tipo brindan servicios de almacenamiento escalables y resistentes que pueden albergar grandes cantidades de información. Existen diferentes opciones, como el almacenamiento por bloques, de objetos y de archivos, cada uno con casos de uso y características de rendimiento específicos.
- Red: se encarga de facilitar la comunicación y la transferencia de los datos entre los distintos componentes, usuarios y servicios del entorno de la nube. Incluye infraestructuras de red como routers, conmutadores, equilibradores de carga y firewalls que permiten una conectividad segura y eficiente.
Cómo funciona la gestión en la nube
Como se suele decir, “la nube” es una computadora situada en otro lugar. Las empresas (y los particulares) utilizan ese almacenamiento para gestionar sus negocios, normalmente sin necesidad de gastar una cantidad considerable de su presupuesto de IT en infraestructura.
Para que la gestión en la nube funcione, se requiere tener acceso a Internet. La red interconecta los recursos de hardware, permitiendo la comunicación y la transferencia de los datos entre los dispositivos en el entorno de la nube. También desempeña un papel crucial en la conexión de las máquinas virtuales o contenedores con el resto de la infraestructura de la nube, facilitando el intercambio de información y la integración dentro del entorno.
A su vez, la virtualización permite a los proveedores de la nube crear discos virtuales en dispositivos de almacenamiento físicos. A medida que los datos se escriben o leen en estos discos, la infraestructura de guardado garantiza la integridad y redundancia de la información. Esto implica que se trata de una solución de almacenamiento confiable y de alta disponibilidad.
Modelos de entrega de la gestión en la nube
Para acceder a una gestión en la nube, debes saber que existen varias formas para adquirir o modelos de entrega. La principal diferencia radica en el grado de control y manejo que se tiene sobre ella así como de los servicios subyacentes.
Aquí, los tres principales:
- Software como Servicio (SaaS): el proveedor de la nube aloja y gestiona aplicaciones de software a las que los usuarios acceden a través de Internet. Es ideal para las organizaciones que no quieren ocuparse de la infraestructura subyacente o del mantenimiento del software, ya que el proveedor se encarga de ello. Este es el caso de la versión en la nube de InvGate Asset Management.
- Plataforma como Servicio (PaaS): orientado a los desarrolladores de software, proporciona una plataforma para construir, desplegar y gestionar aplicaciones sin preocuparse de la infraestructura subyacente. Así, los desarrolladores pueden centrarse en la codificación y la lógica de la aplicación, mientras que el proveedor sigue encargándose de tareas como la escalabilidad, la seguridad y la gestión de la infraestructura.
- Infraestructura como Servicio (IaaS): un paso hacia adelante en autonomía, este modelo ofrece a los usuarios la flexibilidad de aprovisionar y gestionar máquinas virtuales, almacenamiento y recursos de red. Ellos son los responsables de manejar sus aplicaciones y datos, mientras que el proveedor de la nube se encarga del hardware subyacente, la virtualización y la gestión de la infraestructura. Por tanto, esta alternativa es ideal para aquellas organizaciones capaces de escalar rápidamente su infraestructura en función de la demanda, sin necesidad de realizar inversiones iniciales en hardware físico.
¿Cómo gestionar la infraestructura en la nube? Con un software específico
El principal desafío de la gestión en la nube es visualizar lo invisible. Esto significa, poder tener una clara comprensión de los componentes, su estado, las relaciones y dependencias entre ellos, y otros detalles adicionales.
InvGate Asset Management combina un conjunto completo de funciones para garantizar que todo tu entorno de IT esté correctamente gestionado. Particularmente cuando se trata de infraestructura en la nube, estas capacidades resultan una gran solución:
- Inventario unificado: con InvGate Asset Management creas rápida y fácilmente un inventario unificado, que incorpora activos de tu infraestructura en la nube. Esto facilita tanto el mapeo como el monitoreo de los mismos en toda la organización.
- Seguimiento de los activos: desde tu instancia accederás a información actualizada, tendrás mayor visibilidad y te asegurarás que todo funciona como debería.
- Relaciones: cada activo de tu instancia está conectado a otros. Algunos pueden tener propietarios, contratos y garantías, o licencias de software instaladas en ellos. La creación de estas relaciones te proporcionará un enfoque holístico de tu infraestructura en la nube.
- Base de Datos de Gestión de la Configuración (CMDB) o Configuration Management Database): es una representación visual de cómo están interconectados los activos dentro de una aplicación empresarial. La CMDB de InvGate Asset Management marca una gran diferencia cuando se trata de la visualización de la gestión en la nube al establecer todas las codepencias entre los activos.
- Interfaz de Programación de Aplicaciones (API o Application Programming Interface): la API de InvGate Asset Management ofrece la ventaja de la interacción programática con la infraestructura en la nube, permitiendo a los desarrolladores integrar sus propias herramientas de software o aplicaciones con la infraestructura del proveedor de la nube. Las API proporcionan la flexibilidad necesaria para automatizar tareas, recuperar datos en tiempo real y gestionar recursos de forma programática.
- Herramientas de Gestión de Riesgos: ayudan a supervisar y analizar redes, activos y aplicaciones en busca de vulnerabilidades y amenazas. InvGate Asset Management incluye funciones como automatización, Smart Tags, Health Status y Discovery para garantizar la seguridad e integridad del entorno de la nube.
Puntos clave
La mayoría de las organizaciones tienen sus servicios asignados a un entorno de la nube, porque es flexible, eficiente y se adapta a sus necesidades actuales.
Por lo tanto, la gestión en la nube se convirtió en un elemento crucial para optimizar esos entornos con el fin de mejorar el rendimiento, la escalabilidad y la rentabilidad.
El desafío reside en mantener el control sobre componentes que no siempre son visibles o accesibles, y asegurarse de que funcionan como deberían y en el lugar adecuado.
Para ello, es imprescindible contar con una herramienta completa como InvGate Asset Management que proporciona capacidades para tener visibilidad y monitorear el rendimiento de tu infraestructura en la nube.
Así que, solicita una prueba gratuita de 30 días y experimenta tú mismo sus beneficios.