Si sientes que tu equipo de IT se encuentra desbordado de incidentes, atrapado en procesos manuales y luchando por seguir el ritmo de los cambios, debes saber que no eres el único en esta situación. Ahora mismo, muchas organizaciones se debaten entre ITOps vs. DevOps, aunque la tendencia se inclina por la segunda.
En este artículo, analizaremos por qué pasar de las operaciones de IT tradicionales a las prácticas de DevOps constituye una decisión inteligente. También proporcionamos información sobre la forma de realizar el cambio en unos pocos pasos claros y prácticos, sin quebrar aquello que funciona. ¿La buena noticia? No es necesario empezar desde cero.
¿Por qué realizar la transición a DevOps?
El equipo de IT responsable de mantener los sistemas operativos, gestionar la infraestructura y proporcionar soporte a las herramientas internas o a las aplicaciones críticas para el negocio ya no se plantea elegir entre ITOps vs. DevOps, sino que optan por esta última.
En especial en los casos de las organizaciones que pasan por una transformación digital, migran a la nube o dan asistencia a áreas de Desarrollo que necesitan lanzar actualizaciones con mayor frecuencia.
No hay que estar en el proceso de creación de software para beneficiarse de DevOps. Si tus operaciones de IT están ralentizando el negocio o dificultando la adaptación rápida, es una señal de que es hora de modernizar la forma de trabajo de tu equipo.
Cuando las tareas manuales ralentizan las operaciones, la colaboración entre los equipos se convierte en un cuello de botella o los cambios en la infraestructura resultan arriesgados e inconsistentes, es momento de pasar de ITOps a DevOps.
Lo mismo si comienzas a experimentar con la automatización, la creación de scripts o las herramientas nativas de la nube, o si te cuesta mantener ciclos de entrega más ágiles.
Tres ventajas principales de pasar de ITOps a DevOps
El cambio va más allá de seguir las tendencias: implica crear una operación de IT más dinámica, eficiente y preparada para el futuro. En concreto, estas son las tres ventajas principales:
- Entregas más rápidas con menos cuellos de botella: automatiza las tareas manuales y optimiza las implementaciones para que tu equipo avance al ritmo del negocio.
- Mayor colaboración entre los departamentos: DevOps quiebra los silos entre IT y los desarrolladores, mejorando la comunicación y la responsabilidad de cada profesional.
- Infraestructura más confiable y escalable: con la Infraestructura como Código (IaC - Infrastructure as Code) y la supervisión continua, logras más coherencia, reduces errores y facilitas el crecimiento.

¿Cómo pasar de ITOps a DevOps en ocho pasos?
La transición de ITOps a DevOps es mucho más que adoptar nuevas herramientas: se trata de transformar la cultura, los flujos de trabajo y la mentalidad del equipo. A continuación presentamos una hoja de ruta para guiar a tu organización a través de esta evolución.
1. Evaluar tus operaciones actuales y definir tus objetivos de DevOps
Antes de adquirir herramientas o impartir capacitación, es esencial analizar detenidamente cómo trabaja actualmente tu equipo de IT e identificar qué cuestiones lo ralentizan. Estos puntos débiles te ayudarán a comprender qué resolverá DevOps en tu organización.
Al mismo tiempo, establece objetivos claros y realistas para la transición: ¿Intentas acelerar los tiempos de implementación? ¿Mejorar la confiabilidad? ¿Aumentar la automatización para reducir los errores humanos? La respuesta guiará tu hoja de ruta y proporcionará metas medibles.
2. Crear una cultura de colaboración y responsabilidad compartida
Además de implicar un cambio técnico, DevOps conlleva una transformación cultural, es decir que tu equipo debe alejarse de los silos y empezar a trabajar conjuntamente IT, Desarrollo e incluso Seguridad. Todos ellos compartirán responsabilidades y objetivos.
Para ello, fomenta la comunicación abierta, la mentalidad libre de culpas y la experimentación. En definitiva, se trata de generar confianza y anular la mentalidad de “nosotros contra ellos” para convertir el grupo de especialistas en un equipo DevOps unificado y de alto rendimiento.
3. Mejorar las habilidades de tu equipo para sortear la brecha de conocimientos
El éxito de la transición a DevOps depende de que tu equipo cuente con las habilidades adecuadas, lo cual significa aprender nuevas herramientas, conceptos y formas de trabajo. Si bien probablemente ya cuente con gran experiencia en infraestructura y soporte, es posible que necesite formación en áreas como scripting, automatización, plataformas en la nube o pipelines de CI/CD.
Por lo tanto, invierte en aprendizajes prácticos y hands-on, como talleres, certificaciones o reuniones internas de intercambio de conocimientos.
El objetivo no es convertir a todos en ingenieros DevOps de la noche a la mañana, sino en dotar a cada persona de las capacidades requeridas para contribuir de forma eficaz en un entorno de este tipo.
4. Comenzar a automatizar las tareas repetitivas
Una de las ventajas más relevantes de DevOps es la reducción del trabajo manual. En ese contexto, empieza por identificar las tareas que tu equipo realiza una y otra vez, candidatas perfectas para la automatización, como el aprovisionamiento de los servidores, la implementación de software o las actualizaciones del sistema.
Para tal fin, usa herramientas que se adapten a tu entorno, ya sea la creación de scripts con PowerShell, la gestión de la infraestructura con Terraform o la implementación de aplicaciones con Ansible.
Incluso las pequeñas automatizaciones pueden ahorrar tiempo, evitar errores y liberar a tu equipo para que se centre en trabajos de mayor impacto.
5. Implementar la IaC
La gestión manual de la infraestructura no es escalable. La IaC facilita este asunto al permitir definir servidores, redes y configuraciones en archivos controlados por versiones, del mismo modo que lo hace el código del software. Esto aporta coherencia, repetibilidad y visibilidad.
También facilita la creación de entornos de prueba, la posibilidad de recuperación ante fallos y la colaboración con los equipos de Desarrollo.
Pero el consejo es comenzar poco a poco, aprender a utilizar las herramientas (como Terraform o AWS CloudFormation) y convertir a la IaC en una parte fundamental de tu estrategia de infraestructura.
6. Crear tus pipelines de CI/CD
La integración y la entrega continua constituyen el núcleo de DevOps, ya que ayudan a automatizar la forma en que se prueba, anexa y lanza el código a producción. Esto reduce los retrasos y permite detectar los problemas de manera temprana. Incluso si tu equipo no escribe código, los principios de CI/CD pueden aplicarse a los cambios de la infraestructura y a las actualizaciones de la configuración.
En este caso, empieza por crear flujos de trabajo sencillos que prueben e implementen automáticamente los cambios. Con el tiempo, tienes la posibilidad de ampliar el proceso e integrarlo con estrategias de supervisión, reversión y aprobación para equilibrar la velocidad con el control.
7. Supervisar todo y utilizar los datos para la mejora
DevOps se basa en la mejora continua, y eso comienza por la visibilidad: asegúrate de que tu equipo cuente con la información en tiempo real sobre el estado del sistema, el rendimiento y el éxito de la implementación. Las herramientas de monitoreo, como Prometheus, Grafana o Datadog, ayudan a realizar un seguimiento de aquello que está sucediendo, alertando en caso de fallos.
Pero no te limites a recopilar datos: utilízalos. Revisa periódicamente las métricas clave, como la frecuencia de implementación, los tiempos de entrega y de recuperación de los incidentes para detectar cuellos de botella y tomar decisiones informadas sobre las posibles mejoras.
8. Comenzar poco a poco, aprender rápido y escalar gradualmente
No intentes transformar toda tu operación de IT de una sola vez: elige un equipo, un servicio o un proyecto para poner a prueba tu enfoque DevOps. Esto facilita la prueba de ideas, herramientas y flujos de trabajo en un entorno seguro. Luego toma los aprendizajes y aplícalos de manera más amplia.
Dicho enfoque incremental reduce el riesgo, genera confianza y proporciona logros para conseguir el apoyo de toda la organización.
Por último, cabe destacar que DevOps no es un interruptor que se acciona, constituye un viaje, que funciona mejor cuando el crecimiento es conjunto y gradual.
Resumen
La disyuntiva entre ITOps vs. DevOps parece saldada. Ahora es momento de pasar de la primera a la segunda, lo cual no implica deshacerse de todo y empezar de cero, sino evolucionar como equipo para trabajar de forma más inteligente, más rápida y con mayor aporte de valor.
Con la mentalidad abierta, las herramientas adecuadas y un enfoque claro paso a paso, tu equipo de IT será capaz de liderar el camino hacia un futuro más ágil, colaborativo y resiliente.
¿Estás listo para el inicio? Comienza poco a poco, mantén la concentración y deja que DevOps crezca con tu organización.