"Nadie lo sabe todo, todos saben algo, todo el conocimiento reside en la humanidad".
La frase pertenece a Pierre Lévy, un filósofo cuyo trabajo sobre la inteligencia colectiva anticipó cómo las redes digitales transformarían la forma en que los seres humanos comparten el conocimiento.
Sus ideas adquieren mayor relevancia en la actualidad porque las organizaciones de IT se enfrentan a desafíos que ningún actor es capaz de resolver por sí solo.
La gobernanza en la era de la IA, hacer más con menos, tender puentes entre la inteligencia y la ejecución son desafíos que requieren espacios donde el conocimiento converja, las comunidades se formen y la inteligencia colectiva se convierta en una ventaja estratégica.
Esta creencia es la que nos inspiró a crear Envision, nuestra cumbre global de usuarios. Con miles de clientes en más de 60 países, cada uno con sus propias experiencias y retos, nos propusimos crear un evento que fuera algo más que un intercambio de saludos y tarjetas de presentación. Queríamos construir una comunidad.
¿Por qué es importante la comunidad?
Envision nació con la convicción de que el intercambio entre iguales acelera el aprendizaje. Nuestra base de clientes abarca industrias, continentes y culturas muy diferentes. La concentración de estas diversas perspectivas nos permite a todos crecer: clientes, socios e InvGate por igual.
Este espacio también consiste en la posibilidad de conectar directamente con las personas que utilizan cada día nuestros productos. Es una oportunidad para escuchar sus historias de primera mano: cómo abordan nuevos problemas, cómo implementan las soluciones y cómo dichas herramientas encajan en su panorama general.
Se trata de un círculo virtuoso que alimenta la evolución de nuestros productos y el progreso colectivo de la comunidad.
Aquello que imaginamos juntos
Envision'25 fue un espejo que reflejó dónde estamos como sector y, lo más importante, hacia dónde intentamos ir. Esas ideas se percibieron en las conferencias, las preguntas y especialmente en las conversaciones en los pasillos.
Hay una idea compartida de que IT ya no se limita a mantener las operaciones en funcionamiento, sino que hoy es clave para definir cómo las organizaciones piensan, actúan y evolucionan.
En todos esos intercambios surgieron tres grandes ideas que guían la forma en que pensamos el futuro de InvGate y el rol que la tecnología debe desempeñar en nuestras vidas.
1. La gobernanza en la era de la IA
La inteligencia artificial lo está cambiando todo. Eso ya es una noticia antigua. Pero lo más interesante es cómo está transformando nuestra relación con la tecnología, convirtiéndose en parte del tejido de la toma de decisiones: se encuentra en las herramientas, los flujos de trabajo y, cada vez más, en nuestras determinaciones.
Por eso la gobernanza se convirtió en un tema urgente. No podemos limitarnos a confiar en que la IA sea "inteligente", tenemos que asegurarnos de que sea sabia, lo cual significa crear marcos transparentes y explicables, en los que la automatización siga las normas, pero sobre todo comprenda el espíritu que la inspira.
Hemos visto a un amplio espectro de empresas abordando esta cuestión. Algunas crean consejos internos de IA, otras definen puntos de control humanos para cada proceso automatizado. Todas reconocen que una buena gobernanza no pretende frenar la innovación, sino garantizar que perdure.
Por lo tanto, debemos formar a nuestras organizaciones del mismo modo que lo hicimos con nuestros modelos: con contexto, intención y con la humildad de seguir aprendiendo.
2. De la automatización a los sistemas de ejecución
Durante años, "automatización" fue la palabra mágica. Si algo podía automatizarse, se consideraba una victoria. Pero en Envision quedó claro que esa mentalidad está evolucionando.
Estamos yendo más allá de la automatización de las tareas individuales para comenzar a diseñar sistemas de ejecución; entornos conectados donde la inteligencia y la acción pertenecen al mismo flujo.
Los datos se encuentran en todas partes. La información está en todos lados. Sin embargo, la mayoría de las organizaciones sigue mostrando dificultades para utilizarla lo suficientemente rápido. El eslabón perdido es la estructura. No la burocracia, sino el ritmo. Una manera en que los datos den forma instantáneamente a la ejecución sin caer en interminables reuniones, hojas de cálculo o traspasos de tareas.
Es eso lo que estamos construyendo: una plataforma que no se limite a gestionar el trabajo, sino que aprenda de él. Un sistema que entienda el contexto, se anticipe a las necesidades y ayude a los equipos a tomar mejores decisiones sin interponerse en su camino.
3. Rendimiento sostenible
En Envision percibí la necesidad de replantear qué significa realmente el rendimiento. Porque podemos automatizar, optimizar y racionalizar, pero si las personas están agotadas o desconectadas, o si los equipos no confían en los sistemas que utilizan, entonces no estamos mejorando.
En este sentido, la sostenibilidad significa diseñar operaciones humanas y resistentes, en las que la eficiencia no se genere a costa de la creatividad o la cordura. Los líderes con más visión de futuro ahora mismo son los que se preguntan: "¿Cómo escalamos la empatía?". Es una pregunta clave.
Las organizaciones que prosperarán serán aquellas que incorporen el equilibrio en su ADN: entre la velocidad y la reflexión, la innovación y la ética, la ambición y el cuidado.
En conjunto, estos temas dibujan una imagen de cómo podría ser la próxima década en materia tecnológica. Una década en la que la inteligencia, la ética y la humanidad no sean caminos separados sino partes de una misma ruta.
De audiencias pasivas a colaboradores activos
Uno de los aspectos más relevantes de Envision son las conversaciones. Hay algo especialmente significativo en sentarse frente a las personas que utilizan las herramientas creadas por uno y trazadas de forma tan meticulosa. En esas interacciones cara a cara, los usuarios aprecian la intención que hay detrás de cada decisión, comprenden de dónde venimos y vislumbran hacia dónde nos dirigimos.
Pero la verdadera magia se produce entre los asistentes. Cuando participantes de diferentes sectores, funciones y regiones comienzan a compartir sus historias, entonces algo salta a la vista: surgen patrones que parecían inexistentes y las soluciones emergen a través de la colisión de las perspectivas.
Para cualquier organización, fomentar ese tipo de red entre pares es una prioridad estratégica. Los equipos que aprenden unos de otros avanzan más rápido, se adaptan mejor y pierden menos tiempo reinventando soluciones que ya existen en otros lugares. Crear espacios donde las personas puedan enseñar y cuestionarse mutuamente es la manera en que ocurre el verdadero progreso, ya sea en una cumbre de usuarios o en una pequeña comunidad de práctica.
Uniendo la inteligencia y la ejecución
Hoy en día, todas las organizaciones están sometidas a la presión de hacer más con menos. Sin embargo, el verdadero desafío no tiene que ver con los recursos, sino con la traducción. Las estrategias brillantes y los datos poderosos no significan nada si no pueden transformarse en acciones concretas.
La reducción de la brecha entre la inteligencia estratégica y la ejecución operativa se convirtió en una de las pruebas que definen esta era.
En InvGate, nuestra filosofía es acortar esa distancia hasta que desaparezca. Buscamos construir herramientas que conviertan a la información en accionables de manera inmediata y a la ejecución, en notoriamente inteligente.
En Envision ese enfoque cobra vida. Es un espacio donde la teoría se encuentra con la práctica y donde las conversaciones entre pares, casos de uso compartido y resolución colectiva de los problemas revelan cómo las organizaciones están cerrando ese brecha en la realidad.
Estamos entrando en una era en la cual la inteligencia artificial pasa a ser un nuevo tipo de colaborador. El reto que tenemos por delante es aprender a utilizarla sabiamente, a construir sistemas que combinen el contexto humano con la precisión de la máquina.
En última instancia, todo esto nos remite a algo más profundo, a esa frase de Pierre Lévy que compartí antes: "Nadie lo sabe todo, todos saben algo, todo el conocimiento reside en la humanidad". Nos encontramos construyendo juntos una red viva de inteligencia que crece con cada conexión.